viernes, 18 de noviembre de 2011

Jesús Poveda: homo inquietus viventis

Debo confesar que Jesús Poveda es uno de los culpables de que me haya decidido a escribir este blog. Suya es una de las frases que lo encabezan, esa que dice que "las mejores cosas de la vida... no son cosas". Esa, y otras muchas, que a a menudo le copio cuando hablo o escribo a la gente. Eso sí, siempre le cito...

Nos conocimos en 1989 (madre mía, sí que hace tiempo...), y la excusa para ello fue el amor a la vida; los dos éramos jóvenes, teníamos barba y estábamos algo chiflados. Vino a Las Palmas a pasar unos días de "descanso" -concepto que para él significa aparcar su actividad frenética... y sustituirla por otra distinta, no menos frenética- y una de las primeras cosas que me enseñó fue a DEJARSE DETENER. Sí, como lo oyes. Montó una operación rescate (una sentada frente a un abortorio) que se saldó con un puñado de detenidos... por estar ahí sentados, cantando. Compartir celda, cosa que volvimos a hacer unas cuanta veces, une mucho. Es algo que no haces con cualquiera. Ahí empezó a fraguarse una amistad que dura  casi veintitrés años.

La foto es de un momento divertido de un 28 de diciembre, que nos dio pie a una discusión que aún mantenemos: dilucidar quién es más amigo del otro. Y es que ese día, me pidió que me disfrazara de él para que la policía, al verme (verle) al frente de una manifestación provida, me detuviese en su lugar. Y así fue. Bueno, en realidad, al meterme en la lechera, pedirme el carné y comprobar que yo no era él, me soltaron y me dijeron: "... ¡pero tú no eres Poveda!..." y murmuraron, sin dar crédito a lo que había pasado: "... qué cabr***s... nos la habéis jugado bien...", pues para entonces, Jesús ya había conseguido el objetivo que buscaba. Y para esto hay que ser muuuuy amigo...

Unos días más tarde, el seis de enero, cuando los Reyes Magos habían pasado ya por casa y los niños abierto sus regalos, salimos a dar un paseo. Y a la vuelta, comprobamos que ni Lola ni yo nos habíamos llevado las llaves. Y claro, seis de enero por la tarde y si llaves... o llamas al cerrajero de urgencias y te dejas una pasta... o llamas a Poveda.

Vivíamos en un piso 11. Le llamé y vino enseguida con su regalo de Reyes en una mano (unos 'pies de gato', ese calzado de goma que se utiliza en escalada) y una enorme cuerda al hombro. "¿Sabes asegurar?" me preguntó. Yo había currado en seguros años atrás, así que le dije que por supuesto que sí, aunque no sabía que 'asegurar', en la jerga de los escaladores, significa sujetar la cuerda a la que alguien está amarrado por si se cae. Subimos por la escalera de incendios al piso 11, se calzó los pies de gato, se ató, me dio la cuerda y con la tranquilidad de quien se sube a un taburete, se subió a la barandilla, se agarró a la fachada, y como si fuera Spiderman, llegó hasta un balcón de casa, que estaba a unos tres metros de distancia. Al llegar, patada a la puerta y adentro. Luego fue a la puerta de casa, nos abrió y los niños pasaron como si tal cosa, sin darle la mínima importancia a lo que había ocurrido. Le invitamos a café y roscón de Ryes y se marchó. Y para esto, también hay que ser muuuuy amigo...

A fecha de hoy, la discusión sigue: ¿quién es más amigo de su amigo?

De pocas personas puedo decir que están ahí para lo que haga falta, cuando haga falta. Jesús es uno de ellos. Hemos compartido boda, bautizos, duelos, rescates, rupturas afectivas, momentos de crisis, detenciones, carreras en la playa, fiestas, manifestaciones (muchas) e incluso un salto en paracaídas.

De las mejores cosas de Jesús Poveda, además de él mismo, son sus "frases cortas con moraleja larga", como él mismo las describe. Es un experto en ellas. Ahí van algunas:

"Quien no aporta soluciones, forma parte del problema"

"Es muy fácil ser valiente con los coj***s de otro" (perdón por el taco; lo dijo en caliente)

"Pasarlo el bien haciendo el bien"


"Las mejores cosas de la vida no son cosas"


"A medida que nos hacemos mayores, nos vamos pareciendo cada día más a la caricatura de nosotros mismos"

"... igual que hay un momento en que se muere, hay otro en que SE VIVE, nueve meses antes de nacer..."

"No podemos hacer que la vida sea más larga, pero sí más ancha"

Y su epitafio deseado:

"Jesús Poveda: hizo lo que pudo"

Como persona auténtica que es, tiene promotores y detractores, pero no deja indiferente a nadie. O le amas o le odias. Yo soy de su club de fans. Y tiene, además, la rara virtud de dejar sin pudor que se vean sus defectos; digamos que le da igual, le importa un pimiento. Y en ocasiones hasta le viene bien, para evitar que le idolatren. Entonces, cuando la madre de fulanita de tal le conoce, después de que su hija le ha hablado taaaanto del doctor Poveda, y le mira cómo diciendo: "... ah, tú eres Jesús Poveda, pues no era para tanto...", él suele responder: "... es lo que hay".

Jesús ha sido y es para mí un amigo, un maestro y un modelo de autenticidad, compromiso, disponibilidad, de sentido del humor, de saber pasarlo bien, de geniales ocurrencias y de chistes malos; de entrega y valentía. Un bendito loco que emprendió una batalla decidida por la defensa de la vida hace ya mucho, y que se ha mantenido ahí contra viento y marea; cuando estaba de moda y cuando no. Cuando estaba acompañado y cuando no. Cuando era criticado y cuando no.

Gracias, Jesús. Va por ti.

4 comentarios:

  1. Me ha encantado. Si es que éste Jesús. Y por él no pasan los años. Gracias Rafa por estas maravillosas líneas.

    ResponderEliminar
  2. Buah, pero hablar bien de Poveda está chupado. :D A ver si dedicas un post a alguien más complicado. Te propongo a Zerolo, que está en tu lista.
    Gracias por el post, muchos niños le deben la vida. Un ejemplo para todos.
    Gracias de nuevo, Rafa.

    ResponderEliminar
  3. Felicidades Rafa y algun dia me gustaria conocer a tu amigo y hablar con el personalmente. He oido mucho de el y bueno!.
    Un abrazo desde tu tierra :-)

    ResponderEliminar
  4. ¡Uf! Poveda. Poveda... Lo conocí en Octubre del 89, frente a la Dator. Desde entonces le veo de vez en cuando, y siempre me ha llamado la atención la cantidad de actividades que es capaz de realizar... en poco tiempo y sin hacer ruido. Un tipo que aprovecha las colillas de tiempo como pocos. Ultimamente se le van notando los años, pero como a todos. Ahora: Es un tipo tan normal tan normal tan normal, que... no puede ser más normal. Como sabe quien soy, y sé que es más humilde que nadie, pues voy a firmar como anónimo. Me saca pocos años pero estoy seguro de que lo veré en los altares. ¿Que no? Al tiempo.

    ResponderEliminar